domingo, 24 de noviembre de 2013

Los Sotos de la Albolafia sufren un cambio radical. ¿Qué opinas tú?


ISABEL LEÑA                DIARIO CÓRDOBA



Los efectos de la restauración del río son cada vez más evidentes. Hace un par de semanas la limpieza que realiza la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir en los dos kilómetros existentes entre los puentes Romano y de la autovía sorprendía con algunos claros entre la tupida vegetación de la Ribera. A estos cambios en el paisaje grabado en la memoria reciente de la ciudad, se une otro que está impactando mucho más y que devuelve postales olvidadas. La actuación que desarrolla la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente en los 213.627 metros cuadrados que separan los puentes Romano y de San Rafael, ha sorprendido durante los últimos días brindando una imagen que difiere de la que presentaban los Sotos de la Albolafia antes de la intervención. Los molinos que permanecían ocultos entre la abundancia vegetal de este monumento natural han recobrado su silueta; el puente de San Rafael se divisa en el horizonte junto con los de Andalucía y Abbas Ibn Firnás; la noria de la Albolafia exhibe ahora hasta los engranajes de la maquinaria que le dio vida; y desde la avenida del Alcázar se divisa un paisaje impensable hasta hace poco que empiezan a capturar los turistas. Esta metamorfosis no pasa desapercibida y ya ha suscitado críticas.

La Junta pretende "restaurar los valores que tenía este espacio cuando fue declarado monumento natural en el 2001, que no son los mismos que ofrecía hasta ahora". Ese es el principal objetivo del plan iniciado en los Sotos de la Albolafia en el 2012 y reanudado hace un mes, según asegura el jefe de Servicio de Espacios Naturales Protegidos, Rafael Arenas, que recuerda que esa zona carecía de vegetación a mediados de los 80 y que esta surgió en la isla de la Albolafia, donde se formó una pajarera. "Había unos cuantos árboles --añade-- que hacían de dormidero y el resto de las zonas estaban más abiertas", añade. Sin embargo, desde la declaración "empezó a crecer la vegetación".

Arenas explica que el proyecto para restaurar el paisaje se diseñó para llevarlo a cabo en varios años pero se ha acelerado "juntado dos anualidades", aprovechando que "la pajarera no está aquí". Por ello, "hemos quitado los eucaliptos que había, que tenían unos volúmenes tremendos, y algunos han caído sobre especies que se tenían que mantener y que se han saneado". Además, cree que ha llamado la atención la quema de residuos. Arenas asegura que "cuando llueva y pasen 3 o 4 meses el aspecto será distinto porque las zonas se restauran" y garantiza que no se va a tocar la isla que queda para que se puedan trasladar las aves. Por último, advierte de que "hay que tener un plan de mantenimiento con retenes y ganadería".

El delegado provincial de Agricultura, Francisco Zurera, salió ayer en defensa de la intervención. "Mi río se llama Sotos de la Albolafia", dijo. Zurera justificó el aspecto que ofrecen ahora comparándolo "con la obra de una casa". El delegado insistió en que "todo se está haciendo mediante un proyecto avalado por ingenieros técnicos y por el equipo de la Consejería" para "cuidar medioambientalmente el monumento natural más visitado de Andalucía".

Hace unos días, Ecologistas en Acción y la plataforma Por un río vivo , colectivos partidarios de la restauración del río, demandaban el cese de las últimas talas, que consideraban excesivas. Un miembro de la plataforma, Diego Peinazo, lamentaba ayer el "aspecto desolador" de los Sotos. Su principal demanda se centra en las islas, donde considera que se han llevado a cabo actuaciones no previstas. En la reunión que mantuvieron con la Junta reclamaron que deje intacta la isla en la que no ha actuado aún para que "sea refugio de la fauna". En cuanto al plan de la CHG, en él no ve "una acción desmesurada", a excepción de la "poda brutal" inicial.

Hay otra plataforma, Salvemos nuestro río , que está descontenta tanto con la intervención de la CHG, que fue la primera que denunció, como con la de la Junta, respecto a la que pide más sensibilidad. Contra ambas ha convocado una protesta para el día 23. Uno de sus miembros, Francisco Nevado, considera que se está produciendo "una agresión lesiva, dañina y de amplio calado porque destruye un patrimonio que tardará años en estar como antes". Nevado critica el "argumento agresivo de utilizar Córdoba como estampa de piedra sin ser sensibles a la fauna y flora".

Mientras, la CHG sigue con su plan, cuyos resultados se aprecian más en el entorno del puente de El Arenal y en el tramo que va del puente Romano al Molino de Martos.

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