Los caseteros plantean que se les permitan obras ya en El Arenal

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En vista del prolongado silencio por parte del Ayuntamiento para acordar una remodelación general de la Feria de Córdoba, una parte importante de los caseteros —los que están integrados en las asociaciones de Casetas Tradicionales y Casetas Populares— han decidido coger el toro por los cuernos para presentar una propuesta conjunta encaminada, al menos, a solucionar la próxima edición.

Según fuentes consultadas por este periódico de ambas asociaciones, la idea principal será proponer a Amelia Caracuel, la concejal de Fiestas y Tradiciones Populares, dos puntos principales para llegar a un mínimo acuerdo: que El Arenal se califique como recinto ferial propiamente dicho y que se permita realizar allí, poco a poco, las mejoras necesarias, así como obras para que se hagan estructuras permanentes.

Esa calificación, que fue planteada en su día por el Consistorio, con lo que tiene bastantes visos de salir adelante, implica que «aquel espacio va a dejar de ser un mero parque en el que se permita año tras año instalar una feria para tener que retirarlo todo una vez terminada y que pase a ser un auténtico recinto ferial cuya única función sea la de montar e instalar la Feria de Nuestra Señora de la Salud», explicó a ABC el presidente de las Casetas Populares, Alfonso Rosero.

Eso, en su opinión, cambiaría de un plumazo todo el panorama. Hasta el punto de que si, por ejemplo, el conocido proyecto de Tremón de ubicar allí una Ciudad del Ocio saliera adelante, o apareciera cualquier otro grupo empresarial para instalar algún otro tipo de proyecto en El Arenal, «a cambio de la cesión del terreno, se vería en la obligación de trasladar la Feria tal cual está al otro lado de la autovía», añadió Rosero.
Construir con orden

La idea conllevaría, en palabras del secretario de la ACT, Rafael Bocero, la redacción de algún tipo de normativa para establecer los parámetros de la construcción de casetas fijas, de tal modo que «aquello no acabe siendo un caos urbanístico». Cuestión que se tendría que abordar más adelante.

A cambio, los caseteros «asumiríamos el coste anual de la vigilancia del recinto ferial», concretó Alfonso Rosero. Para ello valdría el propio dinero que se ahorrarían montando y desmontando cada año las casetas.

En cualquier caso, las dos asociaciones tienen también muy claro que el Consistorio debe de aportar algo al proyecto. «La propuesta del Ayuntamiento, el pasado mes de julio, de asumir nosotros todo el coste de la remodelación del recinto no era operativa ni aceptable», señaló Bocero. Esa inversión, tal y como adelantó este periódico, era de unos 3 millones de euros para cien casetas, y en esa cantidad se incluía un acerado nuevo completo, la canalización de las aguas fluviales, el soterramiento de las líneas eléctricas, el aparcamiento, la ciudad del feriante y una nueva iluminación. Es decir, prácticamente un recinto ferial nuevo y completamente a costa del bolsillo de los caseteros.

«Pensamos que el acerado o la pavimentación de las calles perpendiculares al Guadalquivir, así como la canalización de las aguas fluviales para evitar el barro de la lluvia y las inundaciones, que ya tendría que haberse hecho en su día cuando se trasladó la celebración de la Feria hasta El Arenal, es un gasto que le corresponde hacer al Ayuntamiento y es algo que también queremos plantear», abundó el portavoz de las Casetas Populares.

Por lo pronto, a estas alturas del año ni las Tradicionales ni las Populares ven ya factible poner en marcha la propuesta municipal, no sólo por incapacidad económica, sino por falta material de tiempo. No obstante, para plantear esas otras modificaciones «estamos todavía a tiempo y para la próxima edición se podrían ver ya algunos avances», sentenció Bocero.