jueves, 15 de mayo de 2014

Los patios nuevos de este año




leído en EL DÍA DE CÓRDOBA
Los Patios se asocian a la tradición, pero la tradición no debe confundirse con lo estático o el retroceso. Ejemplo claro de esto es que el certamen contempla cómo cada año se suman más recintos que quieren participar y abrir sus puertas para que los cordobeses y turistas no se pierdan ni un rincón de este patrimonio de la humanidad. De esta forma, de entre los 55 patios que se presentan al concurso, los hay de reciente apertura y también aquellos que aun estando abiertos durante muchos años, llevan ya un tiempo sin participar.

En el primer caso se encuentran los patios de Maese Luis, 4 y Juan Palo, 8. El primero de ellos, en la zona de Santiago-San Pedro, pertenece a una sola familia que se encarga de sus cuidados. Un cuadrado de columnas rodea a un espesor de flores que a su vez, se cierne sobre una fuente. Este patio, tal y como cuenta el cuidador del mismo, José Cruz, concursa, por apenas un año, en la categoría de construcción moderna. La decisión de presentarlo ahora al certamen viene de antes, "llevábamos mucho tiempo dándole vueltas y este año nos hemos decidido". Cruz, junto a su mujer y el resto de vecinos, también cuida de otro recinto pero la diferencia se nota cuando el peso de todo el trabajo recae en dos personas. "Es mucho trabajo, pero también es gratificante cuando escuchas los halagos de los visitantes", explica el dueño. En familia también queda el patio de Juan Palo, 8, en el que las cinco casas con las que cuenta están habitadas por miembros del mismo clan. Las paredes encaladas y el botijo resaltan al introducirse en este recinto que se encuentra en la zona de San Lorenzo, y donde Ascensión Jiménez, junto a su padre, cuenta que el trabajo para ponerlo en marcha ha sido mucho, además de la inversión. "Hemos tenido que comprar todo desde cero, la pintura, las flores y las macetas, pero era algo que había que hacer, algo que los cordobeses tenían que disfrutar", comenta el cabeza de familia. Los Jiménez derribaron la antigua casa y erigieron una nueva, con arquitectura clásica y conservando el suelo original, por eso, una vez reformado, han decidido presentarlo a la competición. En cuanto a las posibilidades que tienen o si se ven ganadores, declaran que no se presentan por los premios, sino por mostrar otro tipo de patio a la gente.

Caso distinto es el de los recintos que ya han participado en el certamen, pero que por distintas causas han estado algunos años sin presentarse. En esta categoría se encuentra San Basilio, 50, sin duda uno de los recintos más conocidos de toda la ciudad. Abre casi los 365 días del año y alberga numerosos actos institucionales y tras mucho tiempo sin participar en el concurso, vuelve al certamen. Es la sede de Asociación de Amigos de los Patios, lo que con las antiguas bases impedía que entrara a concurso, pero el cambio del reglamento este año, les ha permitido participar. Es uno de los recintos que tiene el acceso controlado para que no se formen aglomeraciones, y cuando pasan poco más de las 11:30 los turistas ya se agolpan en la puerta. Uno de los encargados del control de las visitas, Teodoro Fernández, explica que la responsabilidad es la misma, se participe o no, aunque el hecho de entrar a concurso hace que estén más "ilusionados". Dentro, los turistas no paran de hacer fotos e incluso algunos se atreven a sacar las acuarelas entre el gentío y llevarse un recuerdo diferente. El taller de cuero, las antiguas pilas para lavar la ropa y el pozo son algunas de las características de San Basilio, 50, que en el primer día de apertura ya superó las 1.000 visitas. Otro recinto propiedad de la Asociación Amigos de los Patios es el situado en la calle Siete Revueltas, 1, popularmente conocido como la Casa de las Campanas. Tanto el de San Basilio como el de Siete Revueltas, en Santiago, reciben los cuidados de Teodomiro Rueda, que dedica horas y horas para regar los cientos de plantas que decoran los espacios, ambos competidores en la categoría de arquitectura antigua. Rueda aclara que el trabajo no es tan duro si te lo tomas como un hobby y que lo hace por tradición y no por los premios. "Hay que decir que la mayoría de los premios, a veces, no están bien dados, por eso ganar no me preocupa", manifiesta el cuidador que explica que esta casa data de finales de 1400 y en la que ahora viven unos cuantos vecinos. El patio de las Campanas sirve además, durante toda la fiesta, de espacio cultural en el que se llevan a cabo distintos conciertos y demostraciones de baile y cante flamenco. Es uno de los recintos más amplios de todos y en sus distintos recovecos guarda muchos detalles, tales como decenas de utensilios antiguos, una máquina de coser o un peso para la comida típico de las tiendas de antaño.

Otro de los patios que ya participó en años anteriores y de nuevo vuelve al concurso es el situado en la calle Frailes, 6, en San Lorenzo. Pero las razones para no participar difieren de las de los dos anteriores. Su dueña, Virginia Molina, explica que el Ayuntamiento no le dejó participar el año pasado porque tenía una habitación alquilada, aunque ese caso también se dio otros años en los que sí se le permitió concursar. Por esto, en los anuncios donde oferta dicha habitación no puede poner la palabra patio y tiene que sustituirlo por Casa Vesubio. A pesar de los inconvenientes, este recinto destaca por su originalidad y por los detalles que le diferencian de un patio tradicional. "Mucha gente me comenta que ve un patio y ya los tiene visto todos, pero en el mío destacan otras cosas", comenta Molina que este año ha decorado el patio con flores de lana de las que cuelgan poemas de su hija.


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