viernes, 16 de mayo de 2014

El Taurino reforzará su "identidad cordobesa" con taxidermia y carteles





LEÍDO EN EL DÍA DE CÓRDOBA

Poco más de un mes después de su reapertura, el Museo Taurino anuncia cambios. La Delegación de Cultura del Ayuntamiento se propone, en palabras de su máximo responsable, Juan Miguel Moreno Calderón, "reforzar la identidad cordobesa" del centro con una serie de medidas en la que figuran la instalación de nuevos contenidos (taxidermia, carteles y la piel atribuida Islero, el toro que mató a Manolete en Linares) y modificaciones en los audiovisuales que se proyectan. Esto no altera el concepto del museo, aclaró Moreno Calderón, que señaló que estas incorporaciones se van a producir después de "recabar la opinión de expertos de la tauromaquia" y de reflexionar críticamente sobre la propuesta museográfica, sus contenidos y su alcance.

"No es una concesión" a quienes han criticado el museo desde una perspectiva más conservadora o nostálgica del antiguo Taurino, señaló el teniente de alcalde, que explicó que la idea de incorporar novedades y matices en el discurso ha estado presente desde que este equipo de gobierno asumió la gestión del tramo final del largo proceso de restauración.

Que 19.813 personas (más de la mitad, de fuera de Córdoba) hayan visitado el Taurino en el mes de puertas abiertas desde su reapertura demuestra "que hay interés por el museo", que es "un recurso turístico y cultural" al que el Ayuntamiento quiere sacarle el máximo provecho. Y también un "generador de conocimiento, debate, reflexión y de promoción de la tauromaquia y de Córdoba". La voluntad que guió la puesta en marcha del Centro Flamenco Fosforito (de "innovación sobre la idea original" y compromiso de convertirlo en un espacio "vivo y dinámico") es la que Cultura quiere implantar en el arranque del Taurino, que ante todo "es un museo del siglo XXI" y para todo tipo de públicos.

El museo, como se esperaba, ha recibido mayormente elogios foráneos y críticas domésticas, circunscritas sobre todo al planteamiento museográfico y a la gran cantidad de sus fondos que se ha quedado fuera de la exposición permanente. La propuesta que ayer reveló Moreno Calderón, y que se concretará "en los próximos meses", es utilizar algunos de los "espacios diáfanos" del edificio (los pasillos, la escalera...), que se habían dejado así para que resaltara en mayor medida "la belleza" de la casa, del siglo XVI, y el trabajo de reforma que se ha llevado a cabo, para exponer una parte de esos materiales que ahora son carne de almacén, entre ellos carteles (de Romero de Torres y Ruano Llopis), recursos taxidérmicos y textiles y la piel atribuida a Islero, que para otros expertos corresponde a su madre, Islera. Moreno Calderón apuntó que está siendo sometida a un proceso de "restauración y documentación" para aclarar estos términos.

Por otra parte, se grabarán contenidos en la plaza de Los Califas para que los audiovisuales que se muestran (entre los que destaca el de la sala quinta, que recrea una corrida y cuyas imágenes fueron tomadas en Pozoblanco) tengan un mayor carácter cordobés, con toreros locales.

Este objetivo de "reforzar la identidad cordobesa" del centro también preside la relación de exposiciones temporales de los próximos meses. Después de La lidia en porcelana (una vajilla que perteneció a Lagartijo), visitable hasta el 30 de junio en la sala dedicada a estas actividades en la planta baja, se celebrarán las muestras Lagartijo y su siglo y Teno y la tauromaquia, y el año que viene Guerrita y su entorno, Machaquito, una época del toreo y una exposición que revisará la importancia del caballo en la fiesta de los toros.

"Los taurinos deben ser los más interesados" en que este museo llegue a un público amplio y diverso porque esa difusión "es el mejor servicio que se le puede hacer a la promoción de la tauromaquia". El centro gana en interés si presenta periódicamente "nuevos alicientes para visitarlo" y ofrece un recorrido que se preste a enfoques "antropológicos o sociológicos". Y un museo, en definitiva, "no es un espacio cerrado" y debe ser "permeable a pequeñas matizaciones que enriquezcan el discurso". Así, otro cambio inminente será la reubicación del cuadro de Julio Romero de Torres sobre Guerrita, ya que tal y como está instalado actualmente no ofrece "una perspectiva suficiente para disfrutarlo".

La "flexibilidad" y la "humildad" no son "debilidad", indicó el concejal, que desveló que de los casi 20.000 visitantes que ha tenido el museo hasta ahora sólo 34 han rellenado las hojas disponibles para reclamaciones, quejas o sugerencias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario