El aceite de oliva virgen potencia el "colesterol bueno"
El aceite de oliva es un ingrediente natural y saludable fundamental en la dieta mediterránea. Sus efectos protectores contra enfermedades asociadas al estrés oxidativo como las cardiovasculares, las neurodegenerativas o el cáncer se atribuían hasta ahora a su alto contenido de ácidos grasos monoinsaturados. El proyecto financiado con fondos europeos EUROLIVE estudió la posibilidad de que otros factores químicos también contribuyan a los beneficios documentados del aceite de oliva para la salud.
Sus socios, dirigidos por un equipo científico del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) en Barcelona (España), se propusieron averiguar si el aceite de oliva rico en compuestos fenólicos (como es el caso del aceite de oliva virgen) ofrecía beneficios para la salud distintos a los que ya se sabe que ofrecen otros tipos de aceite de oliva.
El equipo ejecutó seis ensayos clínicos en los que se administró durante tres semanas a doscientos voluntarios sanos veinticinco mililitros diarios de tres tipos de aceite de oliva, cada uno con un contenido de polifenoles distinto. La dosis es similar a la cantidad diaria ingerida normalmente en los países mediterráneos.
Los resultados mostraron que a mayor contenido de polifenoles, mayor era el nivel de HDL (llamado también colesterol bueno). Además se registraron efectos positivos en cuanto al índice aterogénico (el total de colesterol en función del colesterol HDL) y se observó que el daño oxidativo de los lípidos presentaba una relación de descenso lineal con el contenido de polifenoles del aceite de oliva. La oxidación de lípidos supone un factor de alto riesgo de cara al desarrollo de cardiopatía isquémica.
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