sábado, 7 de diciembre de 2013

172 años del I Califa del Toreo









El primer Califa del Toreo, como lo denominó Mariano de Cavia, el gran Rafael Molina Sánchez «Lagartijo», nació el 27 de noviembre de 1841 en el barrio del Matadero, situado en el entorno de la Torre de la Malmuerta, Campo de la Merced y las vías del ferrocarril. De ese barrio tan taurino -en 1862 nacería allí «Guerrita»- surgió su gran amistad con los piconeros cordobeses.

Lagartijo presentó como matador un balance de leyenda: cuarenta años de profesional con veintiocho de alternativa, tomada en 1865 en Úbeda de manos de Antonio Carmona «El Gordito», 1.632 corridas (404 en Madrid y el resto en provincias) matando un total de 4.867 toros.

Su rival fue Frascuelo, pero el diestro cordobés arrasó. Mariano de Cavia, eximio escritor y crítico taurino nacional vinculado a ABC, le proclamó Califa de la torería de su tiempo, surgiendo a partir de ahí la saga de Califas cordobeses del ruedo.

La fuerza adquirida por la fiesta taurina en los años postreros del XIX permitió a Lagartijo entablar amistad con los representantes políticos y culturales del país: Emilio Casares Luque, Romero Robledo, Alfonso XII y Mateo Inurria figuran entre ellos; pero sin que le hiciera olvidar a las clases populares de una Córdoba deprimida económicamente.

A Lagartijo se le considera el inventor del paso atrás a la hora de la suerte de matar y de la «lagartijera», un giro del brazo derecho en la media estocada.

Se retiró de los ruedos en 1893, con cinco corridas en plazas diferentes, Zaragoza, Bilbao, Barcelona, Valencia y Madrid, produciéndose la anécdota de que al coincidir en Madrid con el Día del Corpus, la procesión, excepcionalmente, se pasó a la mañana.


LEÍDO EN EL ABC

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