jueves, 10 de octubre de 2013

NUESTRO HOMENAJE A UNA CAMPEONA




leído en EL DIA DE CÓRDOBA

ES una de las figuras del equipo de gimnasia rítmica español y prueba de ello son las dos medallas (oro y bronce) que ha conseguido traerse del Mundial de Kiev. Un oro y un bronce que a Lourdes Mohedano le saben a gloria. A sus 18 años esta cordobesa sabe de sobra que todo éxito entraña sacrificio. Desde 2008 reside en un Centro de Alto Rendimiento (CAR) en Madrid, pero cada vez que tiene ocasión regresa a Córdoba, una ciudad que adora y donde siente el calor de los cordobeses.

-¿Qué sensaciones tiene tras volver de Kiev con dos medallas?

-Muy emocionada porque es fruto del trabajo que llevamos haciendo todos estos años. Es algo que no se puede explicar. Allí no me lo creía hasta que me vi en el podio, con toda la gente aplaudiendo, nosotras en lo más alto... Sentí mucha emoción.

-Después de esto, ¿cómo afronta la próxima temporada?

-Después de estas dos medallas con muchas ganas de seguir.

-Ahora que está en la alta competición, ¿qué recuerda de sus inicios en la gimnasia rítmica?

-Mis inicios fueron durillos, he pasado por todo pero me ha servido para llegar hasta donde he llegado. Recuerdo que empezaba con mucha ilusión, que es lo más importante.

-¿Cómo llegó a este deporte?

-Primero hacía ballet y como no me gustaba tanto y me parecía más aburrido, mi madre me apuntó en el colegio a los cinco años a clases extraescolares. De ahí pasé al Club Navial y más tarde al Club Liceo.

-¿Qué significa para usted el Club Liceo, donde se empezó a formar?

-Para mí son los mejores. Me han ayudado mucho siempre, desde el principio hasta ahora. Les deseo lo mejor y a ver si traen a más niñas conmigo.

-¿Qué recuerda de su infancia en ese club?

-Estaba allí con las amigas, nos llevábamos muy bien y lo pasábamos bien aunque también había muchas horas de trabajo. Me gustaba mucho estar allí.

-¿Cómo fue el paso del Liceo al CAR de Madrid?

-Me cogieron para la selección andaluza y cada fin de semana me iba a Marbella y allí entrenaba con más chicas de diferentes provincias. La Federación Española hace controles por cada autonomía eligiendo chicas para la selección y yo fui una de las elegidas. En la última concentración para todas las que habían seleccionado como posibles, que fue de una semana en Alicante, quedé finalista. Tenía 12 años y me fui a Madrid con 13.

-¿Estaba segura de dar ese paso?

-La verdad es que yo me fui pero no lo tenía muy claro. Fui a la aventura, a ver qué pasaba. Si no me gustaba eso me volvería, pero había que probar. Era una oportunidad.

-¿Qué significa volver a Córdoba en sus descansos?

-Córdoba es muy importante para mí, es el mejor sitio, me encanta. Aquí noto el calor de los cordobeses, es muy diferente a Madrid. En Córdoba la gente es más simpática, se nota más la cercanía, aquí está mi familia y toda la gente que quiero.

-¿Cómo es cada visita?

-La verdad es que cada fin de semana que vengo estoy con mis padres. Algún rato paso con mis amigos, pero sobre todo con mi familia.

-¿Qué le gusta más de esta ciudad?

-Todo, sobre todo el patrimonio que tiene y que recomiendo a todo el mundo que vea. Aquí me siento muy bien, aquí está mi gente.

-¿Qué echa más de menos en Madrid?

-A mi familia y amigos.

-¿Le gustaría vivir aquí?

-Por una parte sí, pero por otra no porque si estuviera aquí no estaría haciendo lo que hago.

-¿Cómo es el día a día en el Centro de Alto Rendimiento?

-Clases y entrenamiento. De 08:00 a 11:00 colegio, de 11:00 a 14:00 entrenamiento, comemos a las 15:00, después otra vez clases y de 17:30 a 21:00 entrenamiento. Las horas de entrenamiento dependen de si el trabajo sale o no. Si no sale nos quedamos más tiempo.

-¿Tiene tiempo para aficiones?

-Me gusta la música y bailar. Cuando estoy de bajón bailo para animarme. Antes de competir siempre me pongo canciones de rap para cargarme las pilas.

-¿Cómo es la relación entre las compañeras de la selección?

-Como pasamos tantas horas juntas hay de todo, pero ahora mismo la relación es buena.

-Desde hace algunos años las gimnastas estáis obligadas a compatibilizar estudios y entrenamientos. ¿Qué le parece esa medida?

-Bien porque se pueden compaginar los horarios, lo que pasa es que al no tener tanto tiempo para estudiar las clases no se llevan como realmente te gustaría.

-¿Cómo se organiza para sacar todo para delante?

-Con mucha ilusión, que es lo principal, y mucho trabajo. Hay que hacer mucho esfuerzo y sacrificio.

-¿Cómo la ven los demás compañeros del instituto?

-Todos son deportistas pero no han llegado al nivel olímpico aún y se asombran por las medallas y los éxitos.

-¿Alguna vez ha pensado dejar la alta competición

-Sí, en los momentos más duros, porque pasamos mucho tiempo entrenando, son muchas horas y a veces piensas que quieres dejarlo, pero ver los éxitos, la recompensa, ayuda a seguir.

-Con el ritmo del CAR tiene poco tiempo libre. ¿Alguna vez ha tenido envidia de sus amigas que no son deportistas?

-Son dos vidas muy diferentes las de mis amigas de Córdoba y la mía porque ellas tienen tiempo de ir al cine y para otras cosas. Yo tengo los jueves por la tarde libres y los domingos, pero no es lo mismo. Envidia no les tengo pero sí una cierta cosilla.

-En 1998 en el Mundial de Sevilla el equipo español de gimnasia rítmica consiguió su último gran éxito hasta ahora. ¿A qué cree que se han debido esos 15 años de vacío?

-En 1998 estuvo como gimnasta en Sevilla mi entrenadora actual, Sara Bayón, y ganó esa medalla, así que para ella también ha sido muy importante este éxito. Lo consiguió siendo gimnasta y lo ha conseguido siendo entrenadora. No sé a qué se ha debido tanto tiempo sin ganar medallas. Cuando menos te lo esperas eso llega.

-Cuando empezó en la gimnasia rítmica España estaba precisamente en ese periodo en el que no ganaba. ¿Por qué se sintió atraída por este deporte?

-Yo era una chica que no paraba y este deporte es muy dinámico. Mi madre me apuntó a clases, me gustó y aquí estoy.

-¿Qué referentes tenía por aquel entonces?

-Entonces ninguno. Más tarde como gimnasta siempre me ha gustado la ucraniana Anna Bessonova aunque también admiro a la rusa Eugenia Kanaeva.

-Cuando llega a un Mundial o unos Juegos Olímpicos y se codea con las gimnastas ucranianas, rusas o chinas, que suelen llegar siempre al podio, ¿qué sensaciones tiene?

-Ahora es más normal porque nos hemos visto muchas veces, nos hacemos amigas y hablamos como podemos. Al principio sí que era una sensación rara porque nunca había visto tantos países juntos, tantas culturas, sus formas de vestir... Todo era muy diferente. Ahora nos vemos como iguales.

-¿Ha notado una evolución en este deporte?

-Sobre todo creo que ha cambiado mucho la manera de entrenamiento.

-Otro de los cambios ha sido el aumento de la vida competitiva de las gimnastas. ¿Qué le parece esa evolución?

-En gimnasia se notan mucho los ciclos. En Pekín acabó la competición para una generación de gimnastas y en Londres llegó otra nueva, con deportistas más jóvenes. El problema de este deporte es que el cuerpo aguante, por eso la carrera es muy corta. También hay mucha diferencia si trabajas en conjunto o individual porque en conjunto dependes de las demás chicas del equipo porque hay que tener un horario que se ajuste a todas mientras que en individual si no te viene bien lo puedes cambiar si es posible.

-¿Le gustaría probar en la competición a nivel individual?

-Eso lo eligen las entrenadoras. Llevo tanto tiempo sin salir al tapiz sola que no sé si lo preferiría. Todo sería probarlo.

-Sobre las gimnastas, su alimentación y salud se cuentan muchas historias. ¿Cuál es su experiencia?

-Con nosotras no son estrictos. Nosotras sabemos cómo es nuestro cuerpo y si nos vemos con más peso nos controlamos y en vez de comer una cosa elegimos otra. Pero si estamos bien comemos de todo. En la residencia tenemos un buffet libre donde todos los deportistas van cogiendo el alimento que quieren y nadie nos controla. En las competiciones es igual. Sí que alguna vez ha habido algún caso de anorexia o bulimia pero ahora afortunadamente no los hay. Yo no los he conocido.

-¿Os exigen un peso determinado?

-Las entrenadoras alguna vez nos han dicho el peso que querrían que tuviésemos y nosotras lo intentamos. Unas veces se consigue y otras no, pero tampoco te van a echar por tener algo más de peso mientras estés bien.

-Cuando llega a su casa, ¿se puede permitir comerse un salmorejo por ejemplo?

-Sí, claro. Yo tengo una alimentación normal, sólo cuando me veo más pasadilla de peso cuido más los alimentos. Con los entrenamientos que tenemos la que no baja de peso es porque no quiere, sin querer bajas de tanto ejercicio.

-Sois mujeres y hacéis un deporte minoritario. ¿Cuándo conseguís medallas os sentís menos valoradas que otros deportistas?

-Sí, se nota mucho. La gimnasia tiene muchos seguidores pero es un deporte que, como no da dinero, no sale en los medios. Por ejemplo no han televisado nuestro campeonato y lo habían hecho durante más de 20 años. Justo cuando ganamos medallas. Es un deporte que sólo se ve en los Juegos Olímpicos y la gente dice "mira qué bonito". Si saliéramos más en la televisión la gente se engancharía, pero es que ni lo intentan. Ni siquiera el Mundial.

-¿Han disminuido las ayudas para la gimnasia?

-Este año la beca ha subido algo más por el resultado del Mundial pero sí que se nota la crisis en otras cosas como los materiales.

-¿Qué objetivos tiene ahora?

-Ahora mismo estar de vacaciones. El año que viene la competición más importantes que tenemos es el Europeo en Azerbaiyán en mayo y luego el Mundial de Turquía.

-¿Se ha puesto algún límite para permanecer en competición?

-No, cuando no pueda más lo dejaré y diré adiós.

-¿Le gustaría llegar a los Juegos Olímpicos de 2020?

-La verdad es que no creo que aguante. En gimnasia, como la carrera es muy corta, miramos año a año y esos son los objetivos que tenemos. No pensamos ahora mismo ni en los Juegos de Río.

No hay comentarios:

Publicar un comentario