Con azúcar y el mejor membrillo, el de Puente Genil, se consigue a base de dosis de paciencia y cariño una excelente carne de membrillo que sale de los fogones pontanos a la antigua usanza y que, en el caso de esta localidad, convive a la perfección con la excelente producción industrial.
La asociación de mujeres María Gorriz, con la colaboración del Ayuntamiento y la Diputación, organizó la décimo segunda Cata del Membrillo, a la que concurrieron 58 muestras de elaboración tradicional. El primer y tercer premio lo obtuvo Carmen Granados, una experta en conseguir la mejor textura, color y sabor de este postre; y el segundo premio fue para María Priego Illanes. Así lo decidió el jurado, presidido por el restaurador local Pedro Lucena. La presidenta del colectivo, Concepción García, se mostró muy satisfecha.
Este año la novedad ha estado en la celebración del evento en dos emplazamientos. De un lado, en la sala cultural Matallana, en pleno centro comercial, que ha permitido que los numerosos vecinos que paseaban por la zona pudieran disfrutar de este manjar. Y de otro, en el salón del Imperio Romano, en cuyo almuerzo de convivencia se distinguió con la Mención de Honor al cronista oficial, Antonio Illanes. Este colectivo consiguió el año pasado la lata de membrillo más grande del mundo, que ahora luce en una de las rotondas de acceso al municipio.
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