El término de los desembalses técnicos tras las copiosas lluvias de principio de otoño, la necesidad de volver a almacenar agua de cara a la próxima campaña de riegos o en previsión de una sequía y distintas intervenciones en el cauce previstas por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) han llevado a reducir los desembalses, desplomando el caudal del río casi hasta el mínimo para preservar el entorno natural.
Este descenso del caudal, pese a no ser ni mucho menos extraordinario en esta época del año (por eso la CHG suele aprovechar para concentrar en este periodo sus labores de mejora, conservación y mantenimiento del cauce), sin embargo sorprendía ayer a cordobeses y visitantes en zonas como el transitado entorno del Puente Romano.
Al respecto, puede decirse que la estación de El Carpio registraba ayer un caudal medio diario de 8,41 m3/seg, apenas el 7% de la media anual en este punto.
Por su parte, los embalses cordobeses del Guadalquivir estaban la pasada semana al 77,4%, ligeramente por debajo de ese 80% de capacidad que se toma como límite antes de desembalses de seguridad. Respecto a la totalidad de la cuenca, solo dos presas de la cuenca, la de los embalses de Marmolejo (al 81,05%) y Pedro Marín (al 93,9%) desembalsaban ayer por aliviaderos controlados. El resto de los embalses que dejaban pasar agua, 35 de los 50 de toda la cuenca, lo hacían a un nivel mínimo.
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